La Muerte Negra

Historia

La Muerte Negra

Inicios
El Gran Infernal fundó el aquelarre de la Muerte Negra poco antes de que Kil'jaeden fuera derrotado en la fuente del sol, al principio era un grupo pequeño de brujos que se reunía en las cloacas de Entrañas, desde donde dirigían todo un entramado de redes que afectaban a Entrañas hasta Villa Darrow, donde realizaban rituales demoníacos. Desde allí también dirigieron una operación contra el Kirin Tor, que tenía intención de arrebatar Molino Ámbar a la Dama Oscura y establecer allí un puesto avanzado, pero el Gran Infernal movió ficha e hizo todo lo posible para que su estancia allí no les saliera rentable. El aquelarre fue creciendo, hasta que su presencia en Entrañas atrajo la atención de los Kor'kron, que empezaron a husmear y detuvieron y ejecutaron a varios brujos del aquelarre. Finalmente, una redada en las cloacas obligo al Gran Infernal a trasladarse.



Viaje al Paso de la Muerte
El lugar elegido fue la torre oeste de Karazhan, allí, el aquelarre se estableció y empezó un saqueo de todo lo que quedaba de la torre de Medivh, y donde Sinead Luzumbral empezó las hostilidades contra la Muerte Negra, junto a su tía T'sera, que cazaban a los miembros durante las patrullas y durante los saqueos de las zonas cercanas. Finalmente fueron rechazadas, pero costaron la vida de muchos miembros valiosos del aquelarre.
El Gran Infernal ordenó entonces que una avanzadilla se trasladara a Páramos de Poniente, con el fin de cazar a tantos humanos les fuera posible para sus sacrificios demoníacos y para conseguir mas mano de obra (para substituir a la que Sinead había masacrado). Allí se produjo una verdadera matanza de humanos, que estaban desamparados desde que la presencia del ejercito de Ventormenta se redujo allí. Pero la presencia despertó la ira de la Brigada de Theramore, que movilizo a sus fuerzas contra ellos en Páramos de Poniente. Al ver que estaban en clara desventaja estratégica, el Gran Infernal ordenó una retirada total, perseguido por la Brigada de Theramore y teniendo que abrirse pasó a través de los soldados del Bosque del Ocaso. Se reagrupo a todos los hombres que se pudo y se abandono Karazhan antes de la llegada del inminente ataque. Pero el Lugarteniente Pudrimiento Ruina Sombría se quedo atrás, protegiendo la retaguardia, aunque para cuando se pretendía que escapara, el ejercito del general Tikor Nylmar llego a Karazhan, destrozo las pocas tropas que tenía allí y tomo preso a Pudrimiento, lo encerró y lo sometió a constantes torturas.
Mientras tanto, el grueso de las tropas del aquelarre puso rumbo a Pandaria a través de un barco que habían robado.

Estancia en Pandaria
La estancia en Pandaria fue de lo más dura para el aquelarre, no recibieron una cálida bienvenida, y tuvieron que luchar para hacerse con el control de la fortaleza de Agujas Gemelas, que antaño había estado bajo el estandarte de la Horda. El Gran Infernal desplegó su ejercito con el objetivo de tomar la aldea pandaren cercana, pero no contaba con que tenía un traidor entre sus filas. Mortus RuinaSombría había sido asesinado y suplantado por un renegado de similar aspecto, este jugo en contra del Gran Infernal desde el principio, y alerto a la Alianza y al Shadopan del inminente ataque. Ayudo a la Alianza a atacar Agujas Gemelas, donde se encontraba el Gran Infernal, pero no contó con que este acabaría con su vida y con la de muchos de los soldados de la Alianza.
Pese y a que las tropas de la Alianza ganaron, tuvieron que replegarse antes de organizar el golpe definitivo para expulsar al aquelarre. Un pequeño escuadrón que Draegar había enviado en busca de suministros se encontró con toda la fortaleza destrozada y con la mayoría de los recursos saqueados.
No tenían otra opción, no resistiran una segunda oleada de ataque de la Alianza, que ademas había recibido refuerzos del Shadopan, las cosas se estaban poniendo muy feas.
Pero la salvación vino en manos del Gremio de las Sombras, organización que estaba planeando iniciar una cruzada oscura en Rasganorte y que no dudo en ayudar al aquelarre a escapar de Agujas Gemelas y enviarlos rumbo a Rasganorte

Las sombras del Norte
Durante la guerra en Rasganorte entre las fuerzas de Shadiness y las de la Horda y la Alianza, el aquelarre combatió a favor de la marcha umbría, y aunque ya de un principio la marcha empezó a caer, el aquelarre se hacia cada vez mas fuerte. Aprovechando todos los recursos que tenían a su disposición, la Muerte Negra se fortificó y se preparó. Sabían que los combates pronto se declinarían contra Shadiness, y se preparaban para marcharse en cuento tuvieran la oportunidad.
Ese momento no tardó en llegar. Pese y a que ayudaron en todo lo que pudieron a Shadiness, las tropas combinadas de la Horda y la Alianza pronto destrozaron al débil ejercito de no muertos y se abrieron paso hasta el corazón de Corona de Hielo, donde derrotaron a Shadiness finalmente. La Muerte Negra evito ser destruida al escapar por la Cuenca de Sholazzar, donde una pequeña flota comandada Jenna les estaba esperando para la retirada.
La flota tomó rumbo hacia las tierras devastadas, donde cruzaron el Portal Oscuro dirección a las áridas tierras de Terrallende, de la que harían su nuevo hogar en la ciudad de la muerte de Auchindoun. Pronto estuvieron establecidos y sus redes empezaron a extenderse por Terokkar y Sombraluna.

Ataque de los puritanos
Un pequeño poblado de puritanos se estableció en los límites de Auchindoun, y pronto demostraron ser una amenaza contra el aquelarre, lo que provoco como respuesta el envenenamiento de todas sus provisiones, sin pensar que el veneno empleado acabaría por convertir a parte de los puritanos en zombis descerebrados que avanzarían hacia Auchindaoun en busca de carne fresa. El aquelarre fue pillado desprevenido ante el ataque no muerto y estos sobrepasaron las defensas de Auchindoun. Lograron controlarlos, pero una pequeña parte de los puritanos que no habían sido envenenados se habían armado y hostigaban a los guardias del Gran Infernal. Pronto se convirtió en un combate a tres bandas entre la Muerte Negra, los puritanos supervivientes y la horda no muerta que acabaría con la victoria del aquelarre, aunque a un gran precio en vidas.

Robo en las cámaras
Al poco tiempo, alguien robo en las cámaras de seguridad privadas del Gran Infernal, llevándose un objeto de gran valor. Draegar ordenó a sus mejores hombres del SIMN, sus servicios de inteligencia, que rastrearan el objeto y lo trajeran de vuelta, aunque nunca revelo que objeto era ni que poderes tenía. Los agentes del SIMN con sus ayudantes marcharon hacia Uldum, donde se encontraron con unos extraños zahories que parecían ser los responsables del robo del objeto y secuestraron a la consejera del sector sombrío Serana Viento sombrío, la búsqueda prosiguió pero solo se encontraban con arena a cada paso que daban. Parecía que los zahories estaban mas organizados de lo que creían, y estaban realizando una defensa feroz.
La cacería finalmente les llevo hasta las tierras en conflicto de Gilneas, donde descubrieron que la amenaza eran aun mas fuerte de lo que imaginaban. Disponían de un gran ejercito y estaban dispuestos a acabar con ellos fuera como fuera, sin importar cual fuera el precio. De no ser por una rebelión interna de los zahories, los agentes del SIMN nunca hubieran recuperado el objeto ni rescatado a la consejera. Ambos se encontraban en la catedral.
Este hecho demostraba que el aquelarre aun estaba rodeado de enemigos. Parecía que toda la fuerza que ganaban estaban predestinados a perder la, con cada enemigo al que se enfrentaban, se granjeaban dos más. Pero eso no les frenaba, estaban dispuesto a luchas hasta el final hasta poner a todo el mundo de rodillas ante ellos, mientras uno de ellos estuviera vivo la causa de la Muerte Negra seguiría viva. Pronto llegara el momento en que se lanzaran al ataque contra todos sus enemigos, y entonces el mundo temblara ante el verdadero poder del aquelarre. Todas las adversidades no hacen mas que reforzar al aquelarre y hacerlo más fuerte.
Nadie se interpondra ante nuestro ascenso a la cima, toda la gente que se opone a nosotros no es más que una prueba más de que nuestra hora esta próxima, nos temeis, no lo podeis negar, pero luchando lo unicos que hacen los débiles es demorar su hora, la hora en que nosotros ocuparemos el poder en este mundo y le daremos una nueva epoca de gloria en la que las sombras y la magia vil dominaran vuestras vidas y vuestros corazones no albergaran sentimiento alguno salvo de jubilo porque nuestra cruzada al fin habra terminado- Gran Infernal

La muerte es personal e intransferible, nadie puede morir por nosotros, como no podemos retrasar ni cambiar la muerte de una persona por la de otra, la muerte es a la vez lo más individualizador e igualitario: en ese momento nadie es más ni menos que nadie. - Jenna Wythernat
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